La llama es
un gran camélido originario de los Andes de América del Sur, particularmente de
Argentina, Bolivia, Chile y Perú. El término llama se utiliza a veces más
ampliamente, para indicar cualquiera de los cuatro animales sudamericanos
cercanamente emparentados, pertenecientes a la familia Camélida: la llama, la
vicuña, la alpaca y el guanaco.
Se pueden distinguir
características particulares entre las llamas y las alpacas como por ejemplo la
altura, dado que las llamas son más grandes y tienen cabezas ovaladas en vez de
redondas. La diferencia principal entre las llamas y los camellos es que los
camellos tienen una joroba y las llamas no. La llama es un animal doméstico.
Actualmente existen muchos rebaños de llamas en Europa, Japón, Estados Unidos de
Norteamérica y Nueva Zelanda. Existen además, distintas razas de llamas. El
color y largo de su pelaje es variable, dependiendo de la raza a la que
pertenecen. El diámetro de la fibra oscila entre 20 y 80 micrómetros,
dependiendo si son productoras de fibras o de carga.
Antes de la presencia española, las llamas eran los únicos animales ungulados domésticos del Imperio Inca. Fueron apreciados no solamente como las bestias de carga, sino también por su carne y las lanas. De hecho, las llamas fueron utilizadas en lugar del caballo, del buey, de la cabra, y de las ovejas originarios del Viejo Mundo.
Antes de la presencia española, las llamas eran los únicos animales ungulados domésticos del Imperio Inca. Fueron apreciados no solamente como las bestias de carga, sino también por su carne y las lanas. De hecho, las llamas fueron utilizadas en lugar del caballo, del buey, de la cabra, y de las ovejas originarios del Viejo Mundo.
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