En la selva
tropical, la vida se desenvuelve de modo cuantioso. Allí, crecen los árboles
gigantes, las sinuosas lianas y unas plantas de increíble belleza. En cuanto a
los animales que viven allí, viven un sinfín de grandes animales y de animales
microscopios. Hay unos aves multicolores que no se parecen en nada a los de
otras zonas del mundo. No hay ninguna tan bonita como el denominado colibrí. En
sus plumas aparecen conjugados todos lo colores del arco iris en los matices
más vivos que un artista puede imaginarse.
El
colibrí tiene las patas débiles y cortas: la cola adopta formas extrañas y está
forrada de varios adornos. El pico es muy largo, puntiagudo y guarda en su
interior una lengua en forma de trompa, que usa par absorber el néctar de las
flores que proporcionan su alimento. El colibrí es el único pájaro que puede
volar hacia atrás
Su
forma de volar es parecida a la de un insecto y
se sostiene en un punto exacto del espacio gracias a la rápida vibración de sus
alas. Cuando vuela, es muy difícil distinguirlas, y parece como si su cuerpo
estuviera suspendido en el vacío mientras recoge el néctar. Esta rápida
vibración, provoca un ruido tipo susurro.
El
nido tiene forma de ponchera y el tamaño de una nuez. La hembra lo construye
sin ayuda del macho, sobre una débil rama o una hoja. El material de
construcción es: fibras vegetales y pedazos de musgo que luego fija con
telarañas. En cuanto ha acabado el nido, la hembra deposita en el dos huevos
parecidos al tamaño de un guisante, y los incuba el tiempo que haga falta.
Cuando nacen los polluelos, los cuida ella sola. Al nacer, los polluelos tienen
el pico ancho y chato. Después se les afila.
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